Mándala, palabra sánscrita cuyo
significado es "círculo". Es una
representación simbólica y
arquetípica del
universo. Se representa
con un conjunto de figuras y formas
geométricas concéntricas.
Dibujar y pintar mandalas posibilita
la concentración y el
aprendizaje, equilibra los
hemisferios cerebrales, favorece
el descanso y el sueño, facilita la
comunicación y potencia
la
creatividad, desarrolla los sentidos y la capacidad de percepción,
fomenta la iniciativa personal, y
estimula la imaginación
favoreciendo la libre expresión.
A través del dibujo, del color, el niño expresa su mundo
interior, pensamientos, ideas, estados de
ánimo y relaciones con
el mundo de un modo cada vez más
complejo, desde los
primeros garabatos a las creaciones artísticas
más abstractas
y elaboradas, desarrollando con ello
su psicomotricidad y
confirmando su estrecha relación con
el desarrollo integral del
niño.